Nunca pido permiso cuando tomo alguna foto en la calle y hay alguien de por medio. Sé que debería de hacerlo. Mas que nada porque si se ve la cara de la persona y no le pido permiso, ya no hablo de un documento firmado, estoy tomando prestada su imagen sin su consentimiento.
Pues bien, el pasado julio lo hice. Era la primera vez que lo hacía pero me temo que será la última; Estaba en Greenwich, Londres, y ví una caravana que servía comida (foodtruck) súper chula. Dentro había dos cocineros/camareros y me acerqué a uno de ellos.
La conversación transcurrió así:
Aninha: Hola. Perdona, ¿puedo hacer una foto de la caravana?
Camarero: (de muy malos modos) sí, ¡pero desde lejos!
Tengo la impresión de que el camarero pensaba que lo de tomar la foto era para poder ver su careto mas de una vez. Pues va a ser que no.
Después de este incidente se me quitaron las ganas de pedir consentimiento a nadie.

Cool foodtruck